Su nombre, en hebreo «Yechezkel«, significa «Dios es mi fortaleza«. Nace a mediados del 600 a.C en Sarara, Palestina, en la tribu de Leví. Era hijo de Buzí, de linaje sacerdotal. fue un profeta hebreo que ejerció su ministerio entre 595 y 570 a.C. Ezequiel vivió en la misma época que el profeta Jeremías, tornándose profeta durante el exilio babilónico. Estuvo casado, su mujer fue arrebatada de golpe para profecía de Israel, (Ezequiel 24:15-27).
【Llamamiento de Ezequiel como profeta para arrepentimiento del pueblo de Israel】
Fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey Joaquim de Judá (597 a. C.) y permaneció en una ciudad de Mesopotamia llamada «Tel-Abib» que estaba cerca de Nipur en Caldea, a orillas del río Cobar. Cinco años después, Yahvé lo llamó al cargo de profeta, el cual ejerció entre los desterrados durante 22 años, hasta el año 570 a. C. Su vocación le llegó en medio de una visión, y es en su primera visión donde Ezequiel percibió el tetramorfos, es decir, los cuatro seres vivientes tirando de un carro celestial.
Se convirtió en el portavoz de Dios cerca de los exiliados (Ezequiel 3:10-11), actividad que desempeñó por lo menos hasta el 571 a.C. año al que corresponde el último de los datos cronológicos contenidos en el libro. En una época de grandes convulsiones y cambios políticos, Ezequiel recibe su llamamiento, según sus palabras en el texto bíblico, «una mano» se extiende hacia él y le otorga «un libro enrollado» con el mensaje que él debe transmitir y predicar a su pueblo (Ezequiel 2:1-10).
⇨ Libro de Ezequiel en la biblia
Su libro comprende un prólogo el cual relata el llamamiento del profeta (capítulos 1-3), y tres partes principales:
- La primera (capítulos 4-24), comprende las profecías acerca de la ruina de Jerusalén.
- La segunda (capítulos 25-32), el castigo de los pueblos enemigos de Judá.
- Y la tercera (capítulos 33-48), la restauración.
⇨ Su misión y contribución
Cumplía su oficio encomendado de profeta, que anuncia la ruina del templo y de guardián del santuario donde mora la gloria de Yahveh. Entonces la gloria y la santidad de Yahveh, habitaban en medio de su pueblo para procurarle la vida.
Con el transcurso del tiempo, muchos de los exiliados acabaron por acomodarse a su situación, porque en Babilonia disfrutaban de una media libertad que les permitía formar familia, trabajar, negociar, crear riqueza e incluso alcanzar cargos importantes.
→ Su participación durante el destierro
El profeta Ezequiel fue sin duda una de las personas que más contribuyeron a mantener vivo entre los judíos del destierro el anhelo del retorno.
Con el destierro como castigo, Yahveh pretendía salvar, purificar, santificar y renovar a Israel. La santidad al hombre mismo es en definitiva lo único que hace honor a Yahveh, porque no obliga a este a recurrir al castigo. Sus profecías advirtieron de la destrucción inminente de Jerusalén, condenaron las prácticas idólatras y dieron visón sobre la restauración de Israel.
La historia de la gente de Israel era por entero una serie de infidelidades a Jehová, a quien una y otra vez habían abandonado para rendir culto a ídolos paganos. La ciudad de Jerusalén era donde se daba la mayor concentración de maldad, un lugar lleno de crímenes que no podía dejar impune la justicia de Dios (Ezequiel 8:1-18).
La caída de Jerusalén vino a demostrar la autenticidad de las predicciones de Ezequiel (Ezequiel 33:21–22). A pesar de las calamidades del destierro y de los falsos profetas, los cautivos no dejaban de abrigar esperanzas de que el cautiverio terminaría pronto y de que Yahvé restauraría la santa ciudad de Jerusalén y su Templo (Jeremías 7).
La misión de Ezequiel se centró en combatir la idolatría, la corrupción por las malas costumbres y las ideas erróneas acerca del pronto regreso a Jerusalén. También para consolar a su pueblo, predicó la esperanza del tiempo mesiánico. En la última sección de su profecía, Ezequiel describe de forma detallada la restauración de Israel después del cautiverio: el Templo y la ciudad de Jerusalén, así como sus arrabales y la tierra prometida repartida equitativamente entre las doce tribus israelitas.
⇨ Su gran compromiso con Dios
Ezequiel era el profeta y el sacerdote, era un hombre razonable y objetivo, era poeta y profeta de males y el de salvación. Fue llamado a ejercer de centinela sobre Israel en uno de los períodos más críticos de la historia de Israel (Ezequiel 33:1–9).
16 Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
18 Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.
19 Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.
20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.
21 Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
Ezequiel 3:16-21 (Reina-Valera 1960)
Delata un gran terror hacia cuanto significa impureza ritual (Ezequiel 4:14) y una extrema minuciosidad en la distinción entre lo sagrado y lo profano. Experimentó también gran oposición durante su vida, aunque obstinadamente expresó el deseo de Dios que los malvados no mueran, sino que se convirtieren de sus malos caminos y vivan.
【Profecías de Ezequiel】
Estas profecías son enviadas específicamente a “los hijos de Israel” o “casa de Israel” (Ezequiel 2:3; Ezequiel 3:1). De hecho, Dios hizo que las palabras se registraran en la Biblia, y están disponibles para todos los descendientes modernos de Israel. Por supuesto, la Palabra de Dios se aplica a todos los pueblos, independientemente de su descendencia. Algunas profecías de Ezequiel son las siguientes:
⇨ Ezequiel del 4 al 7
→ Profecía: Ezequiel 4.
En el capitulo 4, Ezequiel debía enseñar a una Jerusalén rebelde y llena de maldad. debía acostarse sobre su lado izquierdo por 390 días para representar los 390 años de iniquidad de la casa de Israel. Luego debía acostarse sobre su lado derecho durante 40 días para cargar con la iniquidad de la casa de Judá. (Este principio de un día por año se encuentra en varias otras profecías.)
→ Profecía: Ezequiel 5.
En el capitulo 5, Ezequiel debía rapar su cabeza y dividir su cabello en tercios. Ezequiel describe, usando su pelo afeitado el cómo Jerusalén iba a ser castigada como consecuencia de sus abominables pecados. Un tercio de Israel perecería por hambre y pestilencia (tan grave será el hambre que el canibalismo iba a ocurrir), otro tercio perecería por conquista militar y el otro tercio de gente que sobreviva sería forzada a servidumbre en tierras extranjeras.
→ Profecía: Ezequiel 6.
En el capitulo 6, anuncia nuevamente los juicios que vendrán sobre Israel por causa de la idolatría, pero añade y repite una frase adicional, “y sabréis que yo soy Jehová”.
→ Profecía: Ezequiel 7.
En el capitulo 7, es visible que estas profecías contra Jerusalén, Judá e Israel son para el tiempo del fin. Estas incluyen un período llamado “el día del furor de Jehová”, el cual se refiere al último “día” (año) antes de que Cristo regrese y tome control del mundo. Isaías llama este período el “día de venganza de Jehová, año de retribuciones” (Isaías 34:8).
⇨ Ezequiel del 8 al 12
→ Profecía: Ezequiel 8
En Ezequiel 8, Dios muestra a Ezequiel la abominación de la idolatría, las que hacen referencia a las prácticas paganas que están arraigadas en el cristianismo convencional, y que muchos descendientes modernos de Israel practican hoy en día.
→ Profecía: Ezequiel 9.
En el capitulo 9, Dios anuncia el castigo para los malos y la protección a quienes sigan sus leyes y estatutos.
→ Profecía: Ezequiel 10.
En el capitulo 10, Dios le muestra a Ezequiel en visión la grandeza del mundo espiritual, donde describe a los Querubines detallando que en sus cuerpos, sus espaldas sus manos sus alas y ruedas que llevaban consigo estaban llenos de ojos.
→ Profecía: Ezequiel 11.
En el capitulo 11 se habla sobre una visión del templo. Como mencionó antes, el destino de la Jerusalén de la antigüedad simboliza también el destino de la nación. Después de su aniquilación y cautiverio entre muchas naciones, los sobrevivientes serán rescatados del cautiverio al regreso de Jesucristo. Cuando un nuevo pacto será ofrecido a Israel, junto con el Espíritu de Dios (Ezequiel 11:18-19).
→ Profecía: Ezequiel 12.
En el capitulo 12, Ezequiel describe la deportación que estaba ocurriendo durante su tiempo (incluyendo el rey Sedequías), y también una conquista durante el tiempo del fin.
En los siguientes capítulos vemos acusaciones contra los líderes espirituales de Israel, la idolatría, y se advierte acerca de un futuro castigo nacional.
⇨ Ezequiel del 20 al 25
→ Profecía: Ezequiel 20-23.
Los capítulos 20 al 23 contienen más acusaciones contra Israel por violar las leyes de Dios. La trasgresión del día de reposo se menciona en el capítulo 20 y se repite en el capítulo 22:8 y 22:26. El sábado es una señal del pueblo que obedece a Dios (Ezequiel 20:12).
→ Profecía: Ezequiel 24-25
En el capítulo 24, Dios para profecía del pueblo de Israel permite que la esposa de Ezequiel muera y le manda a no guardar luto, Esto era una señal acerca de la mortandad que vendría sobre Israel a gran escala.
En el capitulo 25, Dios advierte a las naciones gentiles (es decir, no israelitas) acerca de los juicios que vienen sobre ellos también. Primero leemos sobre las acusaciones contra Amón, Moab, Edom y Filistea.
⇨ Ezequiel del 26 al 28.
→ Profecía: Ezequiel 26-28
Los capítulos 26-27 son una acusación contra Tiro. En esta profecía, Dios de forma repentina cambia de enfoque revelando que Satanás es el verdadero poder que está detrás del corrupto Tiro.
El capítulo 28 termina anunciando el segundo éxodo de Israel de la esclavitud, con una transición inmediata al asentamiento de ellos en la tierra prometida.
⇨ Ezequiel del 29 al 33:20
En estos capítulos se refiere principalmente a los juicios contra Egipto, y luego también contra Babilonia.
⇨ Ezequiel del 33:21 al 39
Aquí advierte nuevamente acerca de la inminente caída de Israel, culpando en parte a los “pastores”, los maestros espirituales de Israel.
⇨ Ezequiel del 40 al 48
Aquí nos muestra un adelanto de cómo será la tierra de Israel en el Milenio, desde donde Cristo reina sobre la tierra. Sin embargo, él no estaba viendo la tierra como era en su tiempo, sino como sería después de que Cristo regrese.
Los últimos cuatro capítulos muestran una visión más amplia y general de Israel. Hay sorprendentes detalles, pero en breve vemos que el complejo del templo es parte de un área más grande que incluye casas y tierras para los sacerdotes.
【Libro de Ezequiel】
El Libro se describe a sí mismo como las palabras del Ezequiel ben-Buzi, un sacerdote que vive en el exilio en la ciudad de Babilonia entre los años 593 a.C y 571 a. C. El libro presenta una considerable unidad y refleja gran parte del histórico Profeta Ezequiel, es el producto de una historia larga y compleja.
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