El nombre de Juan significa «El hombre fiel a Dios«, este nombre proviene de la palabra hebrea «Yôḥānnān«. Nacido a finales del siglo I a. C. Era hijo de padres con edad avanzadas que nunca habían podido tener hijos, Zacarías y Elisabet (Lucas 1:7). Zacarías, era sacerdote de la clase sacerdotal de Abías y Elisabet, era descendiente de Aarón. Cabe resaltar que Juan el bautista era pariente de Jesús, puesto que sus madres eran familiares (Lucas 1:36).
El Evangelio de Lucas narra el nacimiento de Juan el Bautista:
5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.
6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
7 Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.
8 Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase,
9 conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor.
10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.
11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.
12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.
13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.
14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;
15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.
16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.
17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.
19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.
20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.
Lucas 1:5-20 (Reina-Valera 1960)
【Juan El Bautista como predicador】
Fue un predicador Hebreo contemporáneo con Jesús de Nazaret, es un importante personaje en el cristianismo, el islam y la fe bahá’í, y es considerado profeta por todas estas. Según Lucas 3:1-3, Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto:
1 En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia,
2 y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
3 Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados,
Lucas 3:1-3 (Reina-Valera 1960)
Se puede decir que Juan el bautista fue el «precursor» del Mesías, su misión era preparar el camino para su llegada, haciendo llamados al arrepentimiento y a la conversión, bautizando con agua a las personas.
Juan tuvo una vida difícil en la zona montañosa de Judea, entre la ciudad de Jerusalén y el mar muerto. A pesar de todo, vivió sencillamente ya que se enfocaba en la obra del Reino. Vestía ropa de pelos de camello, con un cinto de cuero alrededor de su cintura, la cual era la vestimenta típica de un profeta en aquellos tiempos. Hay que mencionar que su dieta era bastante simple también: langostas y miel silvestre (Mateo 3:4).
⇨ Juan El Bautista En el Evangelio de Marcos
Marcos presenta a Juan el Bautista de una profecía de Isaías. Esta profecía hablaba de un mensajero que iba por delante y de una voz que clama en el desierto.
Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
2 Como está escrito en Isaías el profeta:
He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz,
El cual preparará tu camino delante de ti.3 Voz del que clama en el desierto:
Marcos 1:2-3 (Reina-Valera 1960)
Preparad el camino del Señor;
Enderezad sus sendas.
⇨ Juan El Bautista En el evangelio de Mateo
Mateo describe a Juan como un crítico de los los fariseos y saduceos, y aparece predicando que «el reino de los cielos se acerca y un juicio venidero«. El relato del Evangelio de Mateo contiene la profecía de Isaías, junto con el anuncio de que el que vendría posteriormente bautizaría con el Espíritu Santo y el fuego (Mateo 3:1-12). Mateo se centra en describir a Juan como el precursor de Jesús.
7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: !!Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Mateo 3:7-9 (Reina-Valera 1960)
⇨ Juan El Bautista En el Evangelio de Juan
Describe a Juan como «un hombre enviado por Dios» que «no era la luz en sí, pero que vino como testigo para dar testimonio de la luz, de modo que a través de él todos creyeran» (Juan 1:6-8). Juan Bautista negaba fuertemente ser el Cristo, Elías o el «profeta», en su lugar, se refería a sí mismo como «la voz que clama en el desierto«.
En el Evangelio de Juan los 12 discípulos fueron bautizados, y hubo un debate entre algunos discípulos de Juan y otros judíos sobre la purificación. En este debate Juan el Bautista argumentaba que Jesús debía crecer y él menguar. (Juan 3:22-36)
30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.
31 El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
Juan 3:30-31 (Reina-Valera 1960)
El evangelio dice que Jesús veía a Juan como «una lámpara encendida y brillante«, y que «estaban destinados a regocijarse durante un tiempo en esa luz«, (Juan 5: 35).
⇨ Enseñanza de Juan el Bautista
Tanto por recaudadores de impuestos como soldados le preguntaban a Juan Bautista sobre lo que debían hacer para agradar a Dios, a lo que él les pide que trabajen de manera justa.
12 Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?
13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.
14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.
Lucas 3:12-14 (Reina-Valera 1960)
Juan exhortaba a las personas a hacer frutos dignos de arrepentimientos pues ellos aun no habían creído en las Buenas Nuevas. Sin embargo, él los reprendía porque decían en su corazones que tenían a Abraham por padre y no necesitaban de su bautismo, (Juan 3:7-8).
A la gente le gustaba lo que Juan enseñaba, y muchos querían saber si él era el Mesías. Por eso, Juan les dijo:
16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Lucas 3:16 (Reina-Valera 1960)
【Juan bautiza a Jesús】
En varias citas bíblicas describen que: el cielo se abrió y el Espíritu Santo descendió sobre Jesús como paloma y vino una voz del cielo que decía «Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia«. (Lucas 3:21-22 , Marcos 1: 9-11, Mateo 3:13-17).
El Evangelio de Juan (Juan 1: 31-34) describe que Juan el Bautista no conocía al Mesías físicamente, y él que lo envió a bautizar en agua le dijo que sobre quien viera descender el espíritu y permaneciera sobre él, a ese era quien iba a bautizar en Espíritu Santo.
【Juan El Bautista es vinculado con los Esenios】
⇨ Los Esenios
Los esenios (del griego «essenoi, essaioi, ossaioi«) eran individuos de una comunidad Hebrea establecida probablemente desde mediados del siglo II a. C. tras la Revuelta Macabea. Su existencia hasta el siglo I está documentada por varias fuentes distintas.
Sus antecedentes inmediatos podrían estar en el movimiento hasideo, de la época de la dominación seléucida (198 a 142 a.C.). El origen de la palabra «esenio» ha dado rienda suelta a varias hipótesis: puede provenir del vocablo griego «ossios»: santo, u «ossa»: santos. Puede ser también una referencia al griego hasidei: piadosos, que en arameo es «hesé«.
Escritos árabes se refieren a ellos como «magaritas«, que significa «de las cuevas«. Se ha propuesto además, que el nombre proviene del hebreo «asaim«, cuyo significado es «hacedores«, ya que ellos solían decir: «si la Toráh lo dice, lo hacemos«, del verbo hacer «laasot«, y del plural en masculino «im«, que en griego era «essenoi«, «essaioi» u «ossaioi«.
Durante mucho tiempo, los esenios fueron conocidos únicamente por las referencias de autores antiguos, tales como:
- Plinio el Viejo
- Flavio Josefo
- Filón
- Dión Crisóstomo
- Hipólito de Ostia
- Epifanio de Constancia
→ Comunidad Esenica
Si alguien deseaba ser parte de la comunidad (yahad), entonces debía ser instruido, aceptado y luego pasar tres años de prueba para poder ingresar definitivamente.
A los que hacían el juramento y entraban en la comunidad se les exigía una vida entera de estudio de la Ley, de humildad y de disciplina. No volverían a jurar, pues estaban en la obligación de decir siempre la verdad. Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad. También, los frutos del trabajo personal de cada quien, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras de edad, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos, todos estos sin ser integrantes de la comunidad.
⇨ Juan El Bautista Esenio
Se ha sospechado sobre la relación de Juan el Bautista con ellos, incluso, si este llegó a pertenecer a esa comunidad. De cualquier forma, en los manuscritos de Qumrán hay varios puntos de contacto con el mensaje cristiano. No puede descartarse la opción de que Juan el Bautista haya vivido un tiempo en esta comunidad y haya recibido en ella parte de su formación. También la liturgia bautismal esenia pudo haber servido de inspiración a Juan.
La diferencia entre el ministerio general de los esenios y el de Juan, radica en que los esenios enfatizaban el estudio de la Ley y, en general, de las Sagradas Escrituras. En cambio, Juan se enfocaba en la predicación y bautismo para la conversión del pueblo. Según los evangelios, bautizó también a Jesús de Nazaret en el río Jordán y lo reconoció como el Mesías, (Juan 1:25-34, Mateo 3:13-17).
【Muerte de Juan el Bautista】
Herodes el tetrarca se caso con Herodías, mujer de su hermano Felipe. Este acto de inmoralidad mereció la reprensión publica y firme de Juan el Bautista, acción que le hizo ganarse el odio de Herodías. Después, el rey Herodes puso a Juan el Bautista en la cárcel.
En el tiempo que Juan estuvo en la cárcel, oyó hablar de todos los milagros que Jesús hacia. Juan envió sus discípulos a Jesús para preguntarle si Él realmente era el Mesías. Jesús respondió diciéndole a los hombres que le contaran a Juan lo que habían visto y oído; que las profecías se estaban cumpliendo.
El mesías nunca reprendió a Juan, por el contrario, dio pruebas de que Él era el Salvador prometido (Mateo 11:2-6, Lucas 7:18-23). Jesús habló a la multitud acerca de Juan, diciendo que él era el mensajero prometido que vendría antes del Mesías (Mateo 11:10, Lucas 7:27, Malaquías 3:1).
De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
Mateo 11:11 (Reina-Valera 1960)
En el evangelio de Marcos se relata que Herodes había encarcelado a Juan por causa de Herodías. Herodes sabía que Juan era un hombre inocente, íntegro, consagrado a Dios y a su servicio, y de hecho, él escuchaba muchas veces las enseñanzas de Juan. A pesar de todo esto, que a Herodes le gustara escuchar a Juan, no quiere decir que estuviera dispuesto a hacerle caso, (Marcos 6:14-20).
En Juan se cumplía lo que se dijo del profeta Ezequiel:
32 He aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra.
Ezequiel 33:32 (Reina-Valera 1960)
Predicar hasta el último aliento…
En la fiesta de cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías Salomé bailó para Herodes y sus invitados una noche, Herodes estaba tan contento que le dijo, «Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré«. Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino”. Salió la muchacha y preguntó a su madre, (que estaba en otra sala, pues las mujeres comían aparte): «¿Qué le pido?» Y ella le dijo: «La cabeza de Juan el Bautista«, (Marcos 6: 21-24).
Entrando apresuradamente donde estaba el rey, le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”. El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de sus guardias, con orden de traerle la cabeza de Juan. Este fue y lo decapitó en la cárcel, y trajo su cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterrarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura. (Marcos 6: 25-29).
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