Servir a Dios es un privilegio enorme para el que lo desea. No existe nada mas gratificante para el creyente, que saber que está trabajando al servicio de su Dios. Y las bendiciones que se reciben aumentan en gran medida cuando se lleva una vida esforzada para agradarle.
Pero existen creencias erradas de lo que es el servir a Dios de manera correcta. Como todo creyente sabe, la fe viva conlleva el hacer obras, y las obras que se deben hacer no tienen nada que ver con actividades organizacionales.
Dentro de la religiosidad, se enseña que el servicio esta fundamentado por las actividades que se desarrollan dentro de un local o que están directamente asociadas a los eventos que desarrolla una congregación. Nada está mas alejado de la realidad que ésto.
Si bien sabemos que la preparación en materia bíblica y oración, son estrictamente necesarias, dichas actividades no están sujetas a un establecimiento o local. Por lo tanto se pueden desarrollar en casas o al aire libre.