El primer servicio que asumimos como creyentes, aunque en ocasiones no lo sepamos, no es otro que en nuestro hogar. Ya que nuestra familia representa la base u origen de toda labor que deseemos emprender.
Nuestro adversario sabe eso perfectamente, de allí que su estrategia desde que nos levantamos en la mañana es atacarnos teniendo nuestros familiares como objetivo. El humor de toda persona para llevar a cabo sus actividades diarias, se ve influido por las situaciones que vive en su hogar.
Conocer que en el hogar nadie está humanamente por encima de nadie, debe ser un fundamento para poder sobrellevar cada situación. Si bien sabemos que la cabeza de la familia debe ser el padre, la voluntad que debe prevalecer es la de Dios, así podremos ir manejando el ego en el hogar.