Para poder hablar sobre los Escribas, es necesario que conozcamos lo que dicha palabra significa. Escriba (del hebreo saphar, que significa «contar» o «relatar»). Se definía como una persona cuya asignación era escribir. Eran aquellas personas que en la antigüedad registraban y copiaban cosas importantes, documentos legales o administrativos, registros históricos, etc
Origen de los Escribas
La historia de los Escribas se remonta en el tiempo de los Sumerios de Mesopotamia; Los escribas de la antigua Mesopotamia se dedicaban a documentar los convenios de bienes realizados a través del comercio en la realeza. Esto hizo que las personas los necesitaran en sus vidas diarias, hoy conocemos la historia desde el principio por los escritos de ellos.
Endereina o Enheduanna1 (2285–2250 a. C.), fue una poetisa y escritora acadia, considerada la poeta más antigua conocida y una de las primeras mujeres Escribas en la historia cuyo nombre se conserva.
La escritura se inventó en Sumeria, Mesopotamia, en torno al 3500 a.C. en la forma de la escritura cuneiforme, y se refinó en torno a 3200 a.C. en la ciudad sumeria de Uruk. Un Escriba tenía que saber no solo escribir exactamente los caracteres de la escritura, sino también conocer el tema sobre el que estaba escribiendo. Los escribas eran intelectuales responsables de los servicios de secretaría.
Su papel en el Antiguo Testamento
Eran hombres sabios, cuyo trabajo era la escritura de documentos importantes. Intelectuales que se ocupaban de servicios secretarios, contabilizaban y llevaban registros económicos. También eran hombres muy apegados a la ley de Dios. Eran enviados muchas veces a enseñar la ley a aquellos a quienes no
las conocían.
Podemos ver en 2 de Samuel 20:23-26, que Seva el escriba estaba en el circulo de confianza de David. También podemos ver en 1 de Crónicas 24:6 a Semsías, el escriba de los levitas , hijo del sacerdote natanael. El tío de David también fue uno de sus escribas, quien era hombre prudente y consejero del rey (1 de Crónicas 27:32).
A lo largo de la historia del pueblo de Dios hubieron escribas en los círculos de confianza del los reyes, pues estos con sus conocimiento ayudaban a dirigir al pueblo de Dios, enseñándoles así también la ley de Dios. Los escribas eran muchas veces sacerdotes o levitas, pues estos a parte de ser entendidos sobre todas las cosas relacionadas al pueblo, en lo social y político, eran formados en la ley de Dios. Tenían que enseñar los estatutos y preceptos al pueblo, por que hubo muchas ocasiones donde el pueblo hebreo no conocían la ley de Dios. Todo debido a que hubo muchos reyes que hicieron lo malo delante de los
ojos de Dios.
La Enseñanza es Necesaria
Podemos ver un ejemplo de ello, cuando el Rey de Asiria exhilió al pueblo de Israel de samaria y colocó a otros pueblos idolatras en esas tierras, y Dios mandaba leones a matarlos porque no eran su pueblo. Entonces el rey mando a un sacerdote, a enseñar la ley de Dios a los nuevos moradores (2 de Reyes 17:24-28).
Tenemos a Esdras, quien era un sacerdote y escriba, que era unos de los hombres de confianza del rey Dario, véase en Esdras 7 del 1 al 13. Como también tenemos a el caso de Baruc (Jeremías 36:26;32).
De igual manera, a pesar de la existencia de muchos escribas a lo largo de la história, lamentablemente vemos que la ley ha sido modificada, desde tiempos antiguos. En diferentes épocas, por intereses políticos, han querido distorsionar los mandamientos de Dios, colocando escritos a conveniencia y mentiras. Porque los Escribas, los Sacerdotes y los Profetas ya estaban corrompidos (Jeremías 8:8-12).
Escribas en tiempo de Yeshúa
El propósito original de los escribas era conocer, preservar la ley y alentar a otros a que la guardaran. Pero al pasar el tiempo y habiendo ligas de los pueblos a causa de las conquistas de los imperios y la rebelión de Israel, el pueblo hebreo adopto política y costumbres de hombres, que lo llevaban a estar lejos de los mandamientos de la ley de Dios. En Marcos 7 podemos ver como el Señor reprende a los Escribas por
no cumplir la ley.
También podemos ver en Mateo 13:38 como esa generación de Escribas, eran malos y desobedientes, pues no cumplían con lo que realmente debían hacer, mas no se arrepentían de sus malos caminos.
En mateo 23, vemos como el Señor condena a los escribas por su mala gestión, enseñando a media verdad, dejando de lado lo que verdaderamente tenían que enseñar. Resalta lo que ellos hacen, solo para ser exaltados por los hombres. Porque no hacen nada para ayudar a las personas, ni mucho menos para exaltar el nombre de Dios. Mas bien hacen las cosas solo por su vanidad y para su propio beneficio.
Por el mal adoctrinamiento y comportamiento de los escribas, no se enseñó como debió ser la palabra de Dios. Los Escribas tergiversaron y modificaron para su propia conveniencia la ley. Fué opacada por las tradiciones de hombres, dejando atrás hasta hoy una vida llevada por la espiritualidad, llena de amor misericordia y verdad, para convertirla en apariencia y falsedad.
Su Importancia
Si la história fuese ocurrido como originalmente debía ser para ellos, no sólo contaríamos con un registro sorprendente de los acontecimientos pasados, que nos dejarían aprender mucho. Podríamos ver nuestros errores para poder corregir nuestro comportamiento.
La corrupción del hombre ha permitido que en diferentes lugares se enseñen falsas doctrinas. Pero la falta de veracidad de muchos autores, para orientar la historia en beneficio de la codicia, ha dado paso a la confusión. Muchas veces, a pesar de contar con registros fieles a los acontecimientos, se difunden textos dirigidos a desorientar al lector.
El ser fieles a los mandamientos de Dios se nos encomendó, pero también se nos inquirió en la enseñanza a otros. Poder aprender de los errores de otros nos permite avanzar más rápido que aprendiendo de los propios. Ya que así ganamos la experiencia de muchas vidas. Aprendamos leyendo, y enseñemos a otros escribiendo y transmitiendo las enseñanzas.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Deuteronomio 6:6-9, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
