Saludos y bendiciones para ustedes una vez más. Este articulo viene a ser el cierre de los estudios sobre Diezmos, Primicias y Ofrendas. Estoas temas siempre son y seran muy polemicos, ya que se trata de las posesiones del creyente y regularmente somos muy apegados a las cosas materiales (lamentablemente).
Si bien el diezmo y las primicias son otras modalidades en las que podemos en cierta manera, ofrendar a Dios algunas cosas, aqui hablaremos de las Ofrendas como tal. Ya que se trata de una forma diferente y mucho mas amplia y flexible de honrar a Dios con nuestras posesiones.
Que es una Ofrenda?
Cuando hablamos de «ofrendas», estamos utilizando una palabra que proviene del latin, y cuya raiz es offerenda. Significa «cosas que han de ofrecer», y por tanto no tiene un significado que haga referencia de algo en particular. Debe interpretarse como algo de libre decision por la persona que lo otorga, y se complementa con el elemento en si que se dará.
Por tanto, en cada ocasión que vemos en las escrituras esta palabra, se esta refiriendo a algo que el pueblo entregaría para honrar a Dios (Deuteronomio 16:16-17).
16 Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; 17 cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.
Deuteronomio 16:16-17, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Las Obligaciones del Pueblo
Cada modalidad con la que contaba el pueblo para honrar a Dios con sus posesiones, estaba destinada a un grupo en particular. La ofrenda al ser generalizada, esta destinada a todo el pueblo, y por ende todo el pueblo tiene la obligación de ofrendar.
Como pudimos ver en Deuteronomio 16:16, las fechas de las festividades del pueblo, eran el momento de congregarse el pueblo de Israel, además de tres ocasiones anuales en las que debia reunirse el pueblo para adorar a Dios en los lugares que Él escogiere.
Las ofrendas no establecen las cantidades que cada persona debía entregar, ni tampoco en que presentación se debe hacer. Eso queda a criterio del creyente, por lo que el decide que va a ofrendar y en que cantidad lo dará.
Debo dar Ofrendas si no soy Hebreo?
Hermanos, no es una obligación el ofrendar, al igual que no lo es el arrepentimiento; pero cuando aceptamos entregar nuestras vidas al servicio del Dios Viviente, también asumimos sus leyes sobre nuestras vidas. No podemos pretender llamarnos siervos de Dios para procurar sus bendiciones, y a la vez decir que sus mandatos no están en vigencia.
La ley de Dios no pasará, aunque no queramos aceptarlo en algunas ocasiones. Si bien somos salvos por la Gracia, debemos procurar cumplir los mandamientos. El Nuevo Pacto nos ha traido la salvación aunque no logremos nunca cumplir por completo la Ley, pero nos manda a esforzarnos.
Como Cumplo las Festividades?
Bien sabemos que ya no existe un lugar para acudir como el templo de Jerusalen, y que tampoco veremos a los Profetas anunciar un lugar de parte de nuestro Dios (existe el Don de Profecía que no es lo mismo). El sacerdocio de los Levitas tampoco lo tenemos, ya que fue reemplazado por el sacerdocio del Nuevo Pacto.
9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Apocalipsis 5:9-10, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Por tanto ya no debemos esperar para reunirnos bajo las festividades que debían organizar los levitas, ni acudir a lugares lejanos; sino que debemos asumir nuestro servicio a Dios (Sacerdocio). Debemos honrar a Dios en todo momento, y dar nuestras ofrendas cuando dispongamos con el corazon para el sustento del prójimo.
No Caigamos Presa del Engaño y la Manipulación ?
Una de las razones por las que hoy en dia, existe multitud de personas que difaman a los creyentes, se debe a que realmente existen individuos que se dedican a la sugestión y manipulación para enriquecerse. Las ofrendas deben ser entregadas con amor y alegría, para honrar y agradecer a Dios por las bendiciones que nos da.
Nuestro Dios nos advierte que no pongamos nuestro corazón en las riquezas o cosas materiales, pero a pesar de ello, no requiere que le ofrendemos nuestras pertenencias. En la biblia existen muchas referencias que son utilizadas por estafadores, para incitar a las personas a entregar tus posesiones «como prueba de tu Fe». Como es el caso de Hechos 4:32-35, donde dice que todos compartían sus bienes y eran bendecidos.
32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. 33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
Hechos 4:32-35, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Nuestra Fe no se debe demostrar a ningún hombre sino a Dios ?
El caso de la viuda que cita Lucas 21:1-4, es otra cita muy utilizada, pero nuestro Señor no está mandando a entregar todas nuestras posesiones. Ni nuestros vehiculos, ni mucho menos nuestras casas para demostrar la Fe. La utiliza como ejemplo del que entrega con Fe y desprendido de lo material.
Cuando damos ofrendas no debemos hacerlo esperando reconocimiento de las personas. Ni con el fin de medir nuestra Fe segun el aporte que entregamos. Los Fariseos son quienes buscan la exhaltación de los hombres. Antes bien, tomemos nuestra ofrenda y entreguemosla a aquella persona que queramos bendecir u honrar.
Llevar las Ofrendas al Sacerdote? ?
Como vimos en Apocalipsis 5:9-10, todos somos Sacerdotes con el Nuevo Pacto. Y estamos al cuidado del Templo, el cual es nuestro cuerpo (donde mora El Espiritu Santo de Dios). Por ende nosotros debemos ser administradores de nuestro servicio. Si bien existe el Don del Pastorado, no estamos obligados a entregar nuestras ofrendas a esos hermanos.
Si decidimos bendecir a un hermano que está ejerciendo el servicio como Pastor de una congregación, hagamoslo porque nació de nuestro corazón. No pretendiendo que nuestra honra será mayor por obtener su reconocimiento o de la congregación. Tampoco bajo la presión de que si no lo hacemos es porque somos «infieles a Dios», o porque «esa es nuestra congregación». Cualquier lugar donde haya dos o mas reunidos en su nombre, es una congregación y es un servicio.
De modo que al ser nosotros Sacerdotes, cualquiera de nuestros hermanos que se reuna con nosotroa a adorar a Dios o a estudiar la palabra; está estableciendo un servicio de dos o mas Sacerdotes. También podemos ejercer el Sacerdocio entregando nustras ofrendas a alguien que las necesite, aun cuando no comparta nuestra Fe, sigue siendo un necesitado.
El Reino de los Cielos tiene precio, Precio de Sangre
Ese es el precio que pago Nuestro Señor en la cruz, y nos ha vuelto dignos de entrar en su reino. La honra a Dios se mide en nuestro servicio, y no con nuestros bienes. Nuestros bienes en este caso sirven para demostrar que amamos más al prójimo que a lo material, y nuestro prójimo es todo ser humano, porque es su imagen y semejanza.
Muchos dicen que debemos dar Diezmos, Primicias y Ofrendas, pero pocos enseñan que todos somos Sacerdotes. Tampoco dicen que les llevemos a los necesitados, ejerciendo asi nuestro sacerdocio, sino que piden para ellos acumular riquezas.
Finalmente hermanos, cada día decidimos como ejercer nuestro servicio. Si asistiendo a espectaculos y eventos, o cumpliendo las cosas que Dios pide que hagamos. No existe local o establecimiento que contenga la presencia de Dios. Él vive entre nosotros, hasta en los lugares más lejanos y discriminados, y se manifiesta en nostros en cada momento que hacemos su voluntad.
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