Saludos y bienvenidos una vez más hermanos. En ésta ocasión les traemos un estudio necesario para la lectura y comprensión de la palabra de Dios y las escrituras. Es importante que todos estemos en capacidad de poder leer e interpretar, por eso nos enfocaremos en mostrarte como leer la biblia.
Todos sabemos que cuando obramos bajo el mismo Espíritu, lo hacemos para el mismo propósito, en éste caso, el de servir a Dios. Debemos tener en cuenta en todo momento, que aunque las escrituras representan la voluntad y el propósito de Dios, existen palabras que dice Dios, otras que Dice Yeshua, y asi los Apóstoles, Profetas, Reyes, Jueces, etc.
Lo que quiero resaltar, es que la manera correcta de leer para entender la palabra, no es el asumir que desde la primera hasta la última palabra que allí se encuentra, la dijo Dios. Por ejemplo tomaremos una frase de Pedro: «Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca». Ésto se lo dijo el adversario a Yeshua a través de Pedro, para que no cumpliera su propósito.
Las Escrituras Están Jerarquizadas
Como podemos ver, las escrituras se deben jerarquizar de acuerdo a quien esté hablando en cada momento. No podemos darle el mismo nivel de importancia a la frase que haya dicho Goliath el gigante, a lo que dijo Dios a través de un Profeta. Aunque ambas frases aparezcan en la biblia, no tendrán para nosotros el mismo valor.
Por ésta razón, cada escrito está clasificado en grupos, ya sea de libros proféticos, evangelios, libros de La Ley, etc. De igual manera, existe una separación en dos partes, para clasificar los que son del Nuevo y del Antiguo testamento. Aunque también sabemos que no existen solo dos Pactos en la Biblia, pero se han dividido en los dos últimos.
El objetivo de esas divisiones, es facilitar la comprensión del lector. Pero nuestra Biblia está compuesta por una recopilación de escritos considerados sagrados. De igual manera, tenemos claro que la elección de libros ha sido afectada por la creencia de cada doctrina religiosa. Excluyendo en ocasiones, algunos escritos que por el editor, fueron considerados irrelevantes o de no ser de «Inspiración Divina».
La razón por la que es destacable el hecho de la exclusión de libros, es el hecho de que dentro de los escritos hebreos antiguos, existen libros históricos de registro. Tal es el caso del libro de Los Macabeos, El Libro de Enoc, entre otros. Y que no contar con una libre elección de textos, podría influir en como leer la Biblia para un nuevo creyente.
Determinar el Autor
Algunos libros tienen definido claramente quien es el autor, pero en algunos casos no se ha podido comprobar quien lo fue. De cualquier modo, no debemos desacreditar un mensaje, por el hecho de que no podamos comprobar quien es la fuente. En toda circunstancia, aunque un mensaje sea de fuente anónima, se califica la veracidad del mansaje basandose en su contenido.
Tal y como lo es el caso del libro del «Apostol Santiago», del cual no se tiene certeza de quien es el autor. Ya que el nombre de Santiago lo encontramos en más de un Apostol. Sin embargo, se determina por el mensaje, que tiene relación directa con el Evangelio y que no contradice la doctrina de Yeshua.
De igual manera, se puede tomar en consideración el caso del Libro de Job, el cual es atribuido por algunos a Moisés, pero hay quienes piensan que se trata del propio Job el escritor. Podemos tomar también el libro de Esdras, que se cree que fue escrito conjuntamente por Esdras y Nehemias. Conocer el autor de cada escrito, puede modificar nuestra programación de como leer la Biblia.
Libros Apócrifos o Excluídos
Existen otros escritos, que fueron rechazados por comunidades de creyentes, que se definían como una doctrina. Fundamentaron sus argumentos en decir que esos escritos no estaban «Inspirados por Dios», porque parte de su contenido no estaba «respaldado». Pero podemos notar en algunos casos, que esas medidas no estaban del todo acertadas.
Tal es el caso del libro de Enoc, que como bien sabemos, no solo tiene una descripción de hechos ocurridos antes del diluvio. Sino que también fué considerado como un libro de estudio para los Apóstoles, como lo deja ver el Apóstol Judas (Judas 1:14).
De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,
Judas 1:14, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Otro libro a tomar en consideración, es el libro de Tobías, el cual es aceptado por las comunidades de Judíos de la Diaspora. También es reconocido por las iglesias Católicas Ortodoxas y la Romana. Pero no es aprobado por las religiones Judías Rabínicas ni por las Protestantes. No se logra determinar el periodo en el que fué escrito, por lo que se difiere entre los siglos IV y III a.C. o aún en el siglo I a.C.
Así podriamos tomar en consideración cualquier cantidad de libros, que tienen en común el haber sido excluídos para estudio. Pero ciertamente, aunque muchos de ellos sean de procedencia incierta, sus mensajes deben ser cuestionados por el lector. El oscurantismo sobre la Fe, ha promovido una cultura sobre la que el creyente debe someterse a escuchar, pero no debe leer por sí mismo.
Libros Perdidos
De igual manera, existe el caso de muchos libros que pertenecen a las sagradas Escrituras, o que son de gran importancia por su información histórica. Sabemos que el pueblo de Israel fué en muchas ocasiones atacado e incluso conquistado, por lo que sus templos y lugares sagrados fueron saqueados o destruidos. En cada ocasión las perdidas se volvían irrecuperables.
Tomaremos como evidencia de ello solo una cita de nuestra Biblia, para no extendernos en tantos libros. Se trata del libro de 1 de Crónicas 29:29, donde nos habla referente a la muerte de David, y cita como registro a diferentes libros. Todos los libros citados, desaparecieron posteriormente, y hasta la fecha no se lograron recuperar.
Y los hechos del rey David, primeros y postreros, están escritos en el libro de las crónicas de Samuel vidente, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas de Gad vidente,
1 Crónicas 29:29, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Los libros de Crónicas, almacenaban registros datados de acontecimientos de relevancia, relacionados a la nación de Israel o a alguna personalidad. Pero también llegaron a desaparecer otros libros de relevancia y que guardaban registros históricos. Podemos mencionar los libros: Hechos de Salomón (1 Re 11,41), Las Profecías de Ajías de Silo (2 Cro 9,29), Libro del profeta Shemaías (2 Cro 12,15), entre otros.
El Propósito de Dios Continúa
A pesar de los libros que se destruyan o que desaparezcan, el Propósito de Dios con el hombre continúa. El valor no está implicito en los libros, sino en que el hombre se desarrolle Espiritualmente y se salve. A pesar de que destruyamos los escritos, o los desaparezcamos, su misericordia sobre nosotros continuará y utilizará nuevas herramientas o medios para que podamos alcanzarlo.
La maldad del adversario se ha enfocado en obstaculizar el camino para que no lleguemos al Padre, pero siempre Él nos ha mostrado el camino. Así como antes, hoy el enemigo nos trata de ocultar las enseñanzas de Dios y nos llena de «estudios» y libros dedicados a distraernos o a confundirnos. Por eso es cada vez más difícil crecer para nosotros, pero no imposible y debemos perseverar.
Categorizar el Mensaje
Como leer la biblia debe ser cotidiano para nosotros, y con ésto me refiero al estudio general del mensaje de Dios. Debemos en todo momento definir el objetivo del autor, y eso significa que la finalidad de ser darnos comprensión de un aspecto Espiritual. Orientarnos en el aprendizaje de acontecimientos históricos. O alentarnos al crecimiento Espiritual para acercarnos a Dios.
En ese sentido podemos evaluar a los autores, para saber si su intención está inspirada por Dios. No sólo debemos considerar que algo está inspirado por Dios, unicamente cuando nos hablen de fenomenos sobrenaturales. También es el Propósito de Dios, que conozcamos del pasado para aprender de el, y no cometer los mismos errores.
Por consiguiente, los libros históricos también pueden contener un mensaje de orientación a la verdad de lo ocurrido. O pudiera tener una intención de engaño, para distorsionar nuestra percepción de la realidad y así manipularnos. Por ello debemos determinar la intención de cada libro de estudio, por más inofensivo que parezca, y las ciencias e história no están fuera de ello.
La Palabra de Dios Prevalece
Ante la duda sobre la veracidad o intención de cualquier estudio, escrito o teoría, debemos filtrar todo con la Palabra de Dios. De allí nace nuestra Fe y se fundamenta nuestra enseñanza. En la Biblia existen cantidades de estatutos que nos fueron dados por Dios, para regir sobre nuestras vidas. Enseñanzas que manifiestan su voluntad para nosotros.
Pueden existir o haber existido, cualquier cantidad de Apóstoles, Pastores, Profetas, Maestros o Evangelistas. Pero todo lo que alguien enseñe, debe ser filtrado por los Mandamientos de Dios, y por consiguiente en el Evangelio de Yeshua. Ya que allí no hay contrariedad doctrinal y todo lo bueno proviene de Dios.
En cada escrito Biblico podemos encontrar cuando un Profeta está transmitiendo un mensaje de parte de Dios. También podemos leer claramente las enseñanzas de Yeshua que fueron transmitidas por sus Apóstoles. Obviamente no podemos dar el mismo nivel de relevancia a enseñanzas o doctrinas de alguna persona, que afirme haber recibido inspiración. Solamente se otorga la credibilidad de la inspiración, cuando el mensaje trasmitido tiene la finalidad de hacernos volver a Dios.
Leer la Biblia con Sabiduría
Saber como leer la Biblia es indispensable para el creyente. Incluso hay doctrinas que parten de malas interpretaciones y que continúan influyendo en grupos que no leen por sí mismos. Generándose corrientes religiosas, que incluso sus seguidores enseñan sin haberlas comprobado. De esa actitud perezosa se aprovechan los falsos maestros y falsos apóstoles para engañar a muchos.
Incluso existen personas que engañadas, ponen a personas comunes, o incluso a personalidades de la Biblia al nivel de Yeshua. En muchos casos llegando a contradecir sus enseñanzas o reemplazandolas por prácticas religiosas. Aún dentro de nuestra Biblia debemos tener presente lo que son los estatutos de Dios sobre los que se fundamenta nuestra Fe. Y distinguirla de los errores doctrinales que nos muestra que cometía frecuentemente el pueblo.
Procuremos crecer cada día espiritualmente, y como la Fe viene del oír, seamos cuidadosos de a quién prestamos nuestros oidos. Leamos las escrituras y meditemos constantemente en ellas. También podemos hacer estudios de otros libros y escuchar enseñanzas de otras personas, pero siempre filtrando todo con la palabra. Pero tengamos siempre presente, que no hay nada como leer la Biblia, y que nuestra Fe no se fundamente en libros, sino en nuestro Dios.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
Juan 5:39-40, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
