Saludos hermanos, le damos la vienvenida una vez más a nuestro blog. Hoy hablaremos sobre que es la Gracia de Dios, y como funciona para el creyente. Es un atículo complementario al tema sobre la ley de Moisés, y representa la base de nuestra Fe.
El objetivo es aclarar dudas que a pesar de parecer básicas, son un tema muy debatido. Ello se debe a que algunas personas no logran comprender la magnitud de la Gracia de Dios. Otras personas no logran comprender cual es la esencia real de la Gracia en el nuevo Pacto.
Y es que a pesar de lo explicito que fué nuestro Señor, hay una corriente doctrinal que asume que la Gracia de Dios se derramó sobre la tierra. Dando por sentado que toda la humanidad está bajo la Gracia. Para aclarar cualquier duda, vamos a iniciar por definir lo que es como concepto «La Gracia».
Definición de «Gracia»
La palabra «Gracia», tiene un origen griego y significa «Gratis». Su representación en éste idioma sería «χάρις«, y hace referencia a algo que se adquiere sin ningún costo o sin requerimiento alguno. Debemos tener presente que ésta palabra es utilizada como una traducción del Hebreo, del cual provienen Las Escrituras.
La palabra «Gracia» se utiliza para interpretar las palabras hebreas «Hen«, «Ratsón» y «Hesed«. Ésas palabras son utilizadas de manera diferente, según la connotación. La palabra «Hen», es utilizada para referirse a una acción de benevolencia del que acepta. El caso de la palabra «Hesed», es utilizada para referirse a una acción de misericordia. La palabra «Ratsón» se utiliza para demostrar la buena voluntad y la aceptación.
La palabra «Gracia» se utiliza para representar éstos tres términos hebreos, resultando en ocasiones difícil de interpretar el verdadero sentido de la oración. Por lo que puede significar, gozo, complacencia, deleite, encanto, hermosura, bondad, misericordia, buena voluntad, bondad hacia un esclavo, etc. Básicamente se puede definir como algo bueno, pero de manera general.
La Gracia de Dios
Para definir que es, en el sentido divino la Gracia? debemos ir a las escrituras del Antiguo Testamento. Allí podemos encontrar diferentes ocasiones en las que nuestro Señor manifestó la Gracia sobre alguno de sus siervos. Por esa razón es importante definir cuál es el termino utilizado en cada contexto, para entender que acción provocó el agrado de Dios.
Primero tomaremos el caso de Abraham, que al encontrarse en presencia de Dios (Genesis 18:2-5), le dice que si ha hallado Gracia (Ratsón) ante sus ojos le permita honrarlo. Dios le permite hacerlo, pero ello se debe a que el comportamiento de Abraham (Justicia), ha permitido que Dios se agrade de él.
Otro ejemplo que podemos tomar es el del Principe Siquem, el cual había abusado de Dina, la hoja de Jacob. En ésta ocasión estaba solicitando la gracia (Hesed) de Jacob y de sus hijos, ofreciendoles un pago por el daño que había hecho.
Siquem también dijo al padre de Dina y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis. 12 Aumentad a cargo mío mucha dote y dones, y yo daré cuanto me dijereis; y dadme la joven por mujer.
Génesis 34:11-12, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
También tenemos el caso de David, que halló gracia ante los ojos del Rey Saúl, ya que al tocar el Arpa, se apartaba de Saúl un espiritu que lo atormentaba. Eso permitió que la gracia (Hen) de Saúl estuviera sobre David.
Allí podemos ver como la «Gracia» puede tener diferente significado según el contexto. En todos los casos, se trata del punto que se logra al congraciarse con el que la otorga. Es un concepto que no se acopla con el de «charis» (χάρις), o con «Gratia» que viene del latin y que simplemente se reumen en el significado «gratis».
El Pacto de La Gracia
En una etapa de la humanidad, donde el pecado y la transgresión cometida por nosotros había llegado a un punto sin restorno, dejándonos sin posibilidad de salvación. Por ésta razón, Dios se mueve a misericordia para con nosotros, ofreciendonos la posibilidad de alcanzar la salvación a través de su Gracia.
Éste nuevo Pacto nos lo trae su hijo, quien para redención de nosotros se sacrificaría, llevando consigo la consecuencia de todo el pecado del mundo (Juan 1:29). Pero para cumplir toda justicia, antes vivió una vida como hombre, perfecta y sin mancha, para ser el sacrificio agradable ante Dios. Es allí, que sin merecer castigo o consecuencia alguna, llevó todas las consecuencias sobre sí mismo.
De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Lucas 22:20, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Todo ésto ocurrió porque ya el ser humano, era incapaz de conseguir la salvación (Salmos 53:1-3). Así da inicio al Nuevo Pacto, en el que podemos adquirir la salvación, nos hacemos participes de su sacrificio. Es necesario que entremos en conciencia de nuestra condición de pecado, para poder asumir que necesitamos redención.
Una persona que se considera perfecto o puro, no podrá admitir que Yeshua tuvo que padecer por él y sacrificarse. Así se vuelve hipócrita por su arrogancia y al ser falsa su perfección, termina perdiendose. Por ésta razón, la salvación no cae sobre toda la humanidad, sino sobre aquellos que desean cambiar sus vidas. Convertirse en discípulo de Yeshua es el requisito para vivir bajo su cobertura y alcanzar la vida eterna.
La Gracia y Lo Gratis
La definición de Gracia se vió distorsionada por la religión catolica, al hacer uso de traducciones griegas y latinas de las escrituras. Por un lado tenemos el hecho de «Hallar Gracia ante los ojos de Dios» y por el otro está la «Salvación Gratis«. Y es que para recibir algo gratis, significa no tener que hacer nada como requisito, pero realmente funciona asi?
En el Concilio de Nicea, en el año 325 d.c., se establecen los primeros fundamentos de la religión católica romana. Entre ellos se atribuyen el sacerdocio cristiano, sólo a una élite que sería «ordenada», por otros Obispos. De ese modo invalidan la función de servicio tal y como lo enseña Yeshua, de manera cotidiana en la vida diaria.
A partir de ese momento, pasaron a conocerse las actividades del servicio a Dios, como actividades religiosas, vinculadas a las prácticas dentro de un local. También al ser medidas populistas, de un imperio en decadencia que buscaba aceptación, enseñaron que el creyente no debía hacer nada más que continuar con sus vidas.
El Creyente sólo debía bajo éste precepto, hacer una confesión de Fe y actuar como la sociedad le determinará que ya es «buena persona». Según ésta ideología, tratar de seguir los mandamientos es absurdo, ya que la salvación no se debe a las obras. Así también invalidan las enseñanzas de Yeshua de que debemos cumplir la Ley.
Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
Marcos 10:17-19, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Debemos Agradar a Dios
En cada ocasión, nuestro Señor nos pedía que no pecaramos más (Juan 8:11), que debiamos seguirlo (Marcos 10:21), y que cumplieramos La Ley (Mateo 23:2-3). Porque si bien sabemos que no somos salvos por obras sino por Gracia, debemos esforzarnos por agradar a Dios y hallar Gracia ante sus ojos. Debemos constantemente procurar ser perfectos aunque no lo logremos.
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Mateo 5:48, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
No podemos congraciarnos con Dios, si no aprecia en nosotros que nos estamos esforzando por agradarle. Las corrientes religiosas como el catolicismo enseñan que las obras no tienen valor. Y sus diferentes ramificaciones, como las Protestantes y Presbiterianas, enseñan que las buenas obras son las prácticas religiosas.
Salvos por La Fe
Lo dijo el Apostol Santiago, «La fe sin obras es muerta» (Santiago 2:26). Y las buenas obras que nos pide nuestro Señor estan clasificadas en dos mandamientos principales, los cuales están separados pero tienen comunión. No se puede cumplir uno sin cumplir el otro, y no se puede transgredir uno sin violar el otro.
El Primero está compuesto por dos, y engloban toda la Ley y Los Profetas. De ese modo no estaremos en transgresión, o al menos lo intentaremos. Los Mandamientos representan que al cumplirlos el hombre viva en armonía, logrando a su vez una Autentica relación con Dios.
Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.
Marcos 12:28-31, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
El segundo nos lo otorgó como un nuevo mandamiento, y está relacionado con el seguir El Camino de Dios. O poniéndolo en otra forma, cumpliendo ese mandamiento no estaremos en Pecado, ya que representa El Propósito de Dios.
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:34-35, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
El acto de Fe que realiza el creyente, es la obediencia a aquel que nos promete la Vida Eterna si le seguimos. Y Seguir sus enseñanzas implica seguir el ejemplo de lo que Yeshua cumplió con su vida. El siervo no es más que su Señor, por eso debemos procurar vivir una vida como la de nuestro Maestro.
Pablo y La Gracia
La doctrina de la salvación gratuita se apoya en la interpretación errada de las enseñanzas de Pablo. Ya que El Apóstol nos habla de la salvación por la Gracia, por medio de la Fe, y utilizan Efesios 2:8 como argumento. Pero imediatamente el versículo 10, el cual es omitido para no verse desmentidos, nos habla de cumplir con obras.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Efesios 2:10, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
La Gracia viene sobre un mundo que no merecía salvación, ya que por sus pecados, debía ser condenado. En ese sentido, está llegando una misericordia inmerecida para la humanidad, de parte de Dios. Pero no significa que llega de manera gratuita sobre la humanidad, sino que cualquiera, aun sin merecerla puede recibirla.
La religión pretende enseñar al creyente, que sólo debe reportarse con regularidad a un «servicio». Y que éste no debe hacer más nada para su propia causa. Pero el único mediador entre Dios y nosotros es Yeshua, y no tendremos excusas al decidir seguir a hombres en lugar de su camino. Por tanto procuremos hacer obras dignas de arrepentimiento.
Ciertamente Pablo nos habla de la Gracia en diferentes momentos, pero nunca con intención de invalidar la Ley. Más bien hace referencia a que sus obras no podrán salvarlo, y que su salvación depende de la Gracia de Dios. Pero no hace llamado nunca a incumplir o separarse de La Ley. Hace enfasis en el caso particular de la Judaización de los gentiles, ya que las prácticas de rituales Judíos no tienen nada que ver con la salvación.
Mandamientos de Hombres
No sigamos mandamientos de hombres, ya que la religiosidad no es el camino que se ha determinado para la salvación. No debemos retomar un camino de rituales Judíos para volvernos «santos», ni menos otro tipo de rituales religiosos. El Concilio de Nicea decreta que se debe «adorar» a Dios los domingos, al igual que los Protestantes, que continuaron las doctrinas católicas en su mayoría. El Judaísmo y Adventistas dicen que debe ser el sábado. Pero adorar a Dios se hace a diario con nuestras acciones.
Debemos distinguir entre las prácticas sacerdotales del templo de Israel, y los mandamientos de Dios para el pueblo. Dios nos ha llamado para servirle, pero no nos llamó a construir otro «templo de Israel». Nos ha mostrado que el templo somos nosotros, y que es ese templo el que debemos edificar, no con religiosidad, sino en Espiritu y en verdad.
Procuremos que la Gracia de Dios llegue a nuestras vidas, cumpliendo su propósito. Que la misericordia de Dios nos cubra, porque Él se agrada de nuestro comportamiento cada día. Debemos intentar cumplir, pero siempre debemos tener presente, que nuestra salvación viene de la Gracia de Dios, ya que es inmerecida.
Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
1 Samuel 15:22, Reina-Valera 1960 (RVR1960)
