Malaquías es el último de los Profetas Menores y la última voz profética que habría de hablar al pueblo hebreo. El autor es desconocido, Algunos consideran que Malaquias no es un nombre sino una designación, debido a que esta misma palabra hebrea malají, es traducida como «Malaquías». En hebreo quiere decir “mi mensajero”.
Este ultimo libro de los profetas menores se puede decir que fue escrito para enfatizar que la ley de Dios fue dada a los sacerdotes desde el principio. Los sacerdotes eran quienes enseñaban y guiaban al pueblo hebreo a buscar los mandamientos y los preceptos de la ley. Cumpliendo la Ley, honrarían al Dios que creo los cielos y la tierra.
También podemos decir que era una profecía que hablaba del Mesías y el nuevo pacto, el cual nos guiaría por el camino de la verdad. Por eso el nombre de Malaquías era una designación que queria decir Mensajero de Yahavé (Malaquias 2:5-7 y 3;1).
El Menosprecio a Yahvé
En el capitulo 1 de Malaquias, vemos como Dios les recuerda al pueblo Hebreo el porque aborreció a Esaú, pues este lo había menospreciado (Génesis 25:29-33). Así hace relación, de como el pueblo hebreo lo había despreciado también al no cumplir la ley, sus estatutos y mandamientos.
Da referencia de como los sacerdotes lo tienen por poco, al llevar a su altar a animales de poco valor y con alimentos obtenidos de sus malicias, pues lo sacerdotes se habían corrompido. Llegaban al altar con ofrendas que no eran agradables a la presencia de Dios. Lo hacían por religión, no por respeto ni por amor, ni para engrandecer el nombre de Dios.
Se sentaban a la mesa con otros pueblos idolatras que menospreciaban el nombre de Dios. También hace una alegoría de que ya no solo el pueblo de Israel lo exaltaría, sino que ya otros pueblos buscarían y engrandecerían el nombre de Yahavé (Malaquia 1:5).
Mensajero de Yahvé
En este capitulo, vemos que Yahvé les recuerda a los sacerdotes de cuando hizo pacto con la tribu de Leví y los descendientes de Aaron. Cuando anduvieron en la ley y donde la justicia anduvo con ellos; y la ley estaba en su boca. Por lo que hicieron a muchos apartase de sus malos caminos.
Los levitas fueron consagrados a Dios, entre los cuales los descendientes varones, heredad de Aaron (Números 3), eran los únicos designados para el servicio en el templo (Número 3:32). Entre sus oficios o deberes, figuraba el ser intercesor del pueblo ante Dios, haciendo expiación por los pecados del pueblo por medio de sacrificios. Servir en las cosas sagradas del Tabernáculo o el Templo, Recolectar los diezmos del pueblo, servir como escribas, animar al pueblo para la Batalla. Una de la más importantes funciones, era Instruir al pueblo en la Ley de Dios, por lo que los sacerdotes tenían que ser personas íntegras.
El sacerdote no se casaría con viuda, ni con divorciada ni con ramera. Los descendientes de Aarón que tuvieran defectos físicos, no ofrecerían el pan de Dios sobre el altar. Y sus familias eran los únicos que podían comer de las cosas sagradas (Levitico 21 y 22).
Mandamiento universal para los sacerdotes de Yahvé
Dios solo quería cosas sencillas de sus mensajeros, que exaltaran su nombre, que fueran fieles a sus mandatos que entendieran su palabra. El mensajero de Yahvé es llamado a servirle para siempre de corazón, para honrarlo en todo momento.
El principio del sacerdocio fue asi, más los que no cumplían ni cumplirían con su designación, estos vivirán en maldición, vivirán fuera de la parecencia de Dios. Por cuanto dejaron su deber, el cual era enseñar la ley del altísimo, para que así todos en un mismo espíritu exaltasen su nombre por siempre. Dejaron su ley para ir tras idolos falsos, idolatrando nuevas culturas, olvidando el gran amor que tuvo Yahvé desde el principio con sus padres. Que en su servicio lo hacían con amor y humildad, llevando el nombre de Yahvé en alto.
Profecía sobre Juan el bautista en como mensajero en Malaquías e Isaías
He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Yahavé de los ejércitos (Malaquias 3).
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas (Mateo 3: 1-3).
Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas. Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados.
Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Yahvé por todos sus pecados.
Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Yahvé; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Yahvé, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Yahvé ha hablado.
El sacerdocio corrupto
A partir del capitulo 3:6 de Malaquias, podemos observar como acusa a los sacerdotes de robar el diezmo, que por amor a Jacob no los había destruido. En Nehemías 13:1-11 podemos ver claramente que los sacerdotes incurrían en lo deshonesto y aun así preguntaban en que habían robado, cuando claramente desobedecían la ley de Dios.
Todos somos malos
En el versiculo 13 del capitulo 3 de Malaquias, vemos como Dios diferencia lo justo de lo malo, cuando dice; que perdonará al hombre como cuando el hombre perdona a su hijo que le sirve. Alli se ve claramente que no somos perfectos y que en algún momento llegamos a pecar. La diferencia del justo al malo es que el justo a pesar de que tiene defectos y peca teme a Yahvé, y trata en lo mayor posible servir a Yahve mas el hombre malo es insensato cree que lo esta haciendo bien y se aparta del temor de Dios.
El gran día del terror
El capitulo cuatro tiene una advertencia, pero también habla sobre aquellos que sean obedientes. Cumplamos o tratemos de cumplir la ley de Dios, porque aunque en algunas cosas o en su mayoría fallamos, Yahvé es un Dios de amor y perdona nuestros pecados. Porque el sabe que somos humanos y en ocasiones caemos, pero el conoce el corazón de cada uno de nosotros y perdona. Y tiene misericordia del justo, mas al hombre malo de corazón le vendrá el gran día del terror.
Muerte de Malaquías
Hasta ahora no se sabe nada sobre el personaje quien escribio el libro de Malaquías más allá de que era un Sacerdote, un mensajero de Dios.
Libro de Malaquías
Este libro habla del principio y el final de los sacerdotes. De los buenos Mensajeros de Dios, que desde el principio lo honraron, y de los Sacerdote que se apartaron de su ley y sus caminos. Queriendo hacer los malo e insistiendo en engañar con su hipocrecia. Habla del mensajero, el cual daria las buenas nuevas, el nuevo pacto para que así los gentiles llegaran a unirse también a exaltar el gran nombre de Dios.
El mensaje es claro, Aquel que de corazón valiente que con un espiritu de humildad de esfuerzo lleve el mensaje de Dios, y ponga su ley delante de su vida, ese llegará a ser un mensajero de Yahvé, un Malaquias.
